Controversia por la reclasificación del Pipeño: SAG lo excluye de la categoría de Vino para proteger su identidad Cultural
La resolución del SAG ha generado sorpresa y preocupación tanto entre los productores como entre los consumidores, quienes destacan la importancia cultural del Pipeño en la tradición vitivinícola chilena.
A pocos días de las Fiestas Patrias, una controversia ha surgido en torno al Pipeño, el emblemático vino tradicional que forma parte del popular cóctel chileno «Terremoto». El Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) ha decidido que el Pipeño ya no será considerado como vino, ya que no cumple con la graduación alcohólica mínima de 11,5° establecida por la legislación chilena para esta categoría.
La resolución del SAG ha generado sorpresa y preocupación tanto entre los productores como entre los consumidores, quienes destacan la importancia cultural del Pipeño en la tradición vitivinícola chilena. Yenny Lagos, representante de la Coalición Nacional de Viñateros, calificó la decisión como una “aberración legal y cultural”, subrayando que el Pipeño es un vino natural elaborado con métodos tradicionales y uvas traídas por los españoles hace más de 500 años.
La Posición del SAG
En respuesta a las críticas, el SAG emitió un comunicado aclarando que la nueva clasificación del Pipeño como “bebida alcohólica derivada de la uva” no busca desvalorizar el producto, sino más bien preservar su autenticidad y su condición como parte del patrimonio cultural chileno. Según la entidad, esta medida busca resguardar la identidad cultural y territorial del Pipeño, garantizando que su producción y comercialización queden en manos de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) y de cooperativas asociadas.
El SAG destacó que esta categorización permitirá proteger el valor cultural del Pipeño, asegurando que los pequeños productores puedan competir en el mercado con un producto que refleje sus tradiciones y que conserve su autenticidad. Esta medida, según el organismo, resguarda los intereses de los productores tradicionales y asegura que el Pipeño mantenga su estatus distintivo dentro del patrimonio vitivinícola del país.