Consecuencias de la automedicación: Unidad de infectología del Hospital de La Serena alerta sobre la resistencia a los antimicrobianos
El uso indebido y excesivo de antimicrobianos (antibióticos, antivirales, antimicóticos y antiparasitarios) está provocando que los pacientes dejen de responder a los tratamientos de las infecciones. Por lo cual especialistas del establecimiento de salud llaman a evitar recurrir a los fármacos sin la prescripción de un médico.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado que la resistencia a los antimicrobianos es una de las 10 principales amenazas de salud pública a las que se enfrenta la humanidad. Esta farmacorresistencia está poniendo en peligro la eficacia del tratamiento de una serie cada vez mayor de infecciones por virus, bacterias, hongos y parásitos. Es por ello que la Unidad de Infectología del Hospital de La Serena está haciendo un llamado a la comunidad a tomar conciencia sobre las repercusiones del uso inadecuado de antibióticos y otros medicamentos.
Aldoaneth Leiva, jefa de la Unidad de Infectología del hospital serenense, explica que “la automedicación ha sido uno de los flagelos en la comunidad que ha impulsado que cada vez aparezcan más gérmenes resistentes. ¿Qué estamos viendo? Venta libre de antimicrobianos, compra de estos medicamentos en la feria, uso de ellos por síntomas que no están definidos como infecciosos, personas que se autodiagnostican y automedican, y esto impacta directamente en cómo cada uno de los microorganismos responden en una próxima oportunidad a un tratamiento”.
La infectóloga enfatiza que “cuando las personas se automedican no se cumple la cadena de un tratamiento, por lo tanto, cuando se utiliza el antimicrobiano inadecuado no erradico la enfermedad, sino que estoy presionando a que otros gérmenes -que puedan estar dentro del cuerpo o dentro del ambiente- detecten cómo actúa el microbiano y ante una próxima situación, no responderá de la misma manera o derechamente no responderá al tratamiento”.
Motivo de Preocupación Mundial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que “es especialmente alarmante la rápida propagación mundial de bacterias multirresistentes (denominadas también «superbacterias») que provocan infecciones que no pueden tratarse con los medicamentos antimicrobianos”.
Al respecto, la doctora Leiva, jefa de la Unidad de Infectología del Hospital de La Serena, afirma que “actualmente los gérmenes resistentes a los microbianos son una de las 3 prioridades de la OMS porque si no se controla ahora, para el año 2050, aumentarán las personas que mueran a causa de una infección, incluso más que el cáncer”.
La OMS advierte que en la medida que los antimicrobianos se vuelven ineficaces, los resultados de la medicina moderna en el tratamiento de infecciones se verían comprometidos en mayor grado. Respecto a esto, la profesional del hospital serenense añade que “no va a importar la patología de base, porque todos vamos a estar expuestos a en algún momento a tener una infección por un germen resistente. Entonces es una realidad muy preocupante (…) podríamos vernos en la situación de quedar sin herramientas”.
De acuerdo a cifras del Ministerio de Salud, se estima que hasta el 50% las infecciones humanas pueden ser resistentes a los antibióticos de uso habitual, y que los pacientes que presentan infecciones resistentes, tienen alrededor de 3 veces más mortalidad y riesgo de complicaciones.
Recomendaciones
Un estudio del Instituto de Salud Pública (ISP) detectó el aumento en el consumo de 5 antibióticos en Chile, siendo los más vendidos la amoxicilina, ciprofloxacino, azitromicina, cefadroxilo y amoxicilina + ácido clavulánico.
Según la médico infectóloga Aldoaneth Leiva es clave que “solamente se deben consumir antimicrobianos que han sido prescritos con receta médica y respetar el tiempo e intervalos del tratamiento”.
Subraya que hay enfermedades virales que no requieren antibiótico. “Ante síntomas respiratorios, incluso congestión nasal, dolor de garganta, como los síntomas del COVID-19, es muy frecuente que las personas se inyectaran penicilina o tomen amoxicilina o azitromicina”, relata explicando que el consumo no controlado de azitromicina está afectando en cómo se tratan enfermedades de transmisión sexual.
“El impacto que tiene una acción sobre lo que puede pasar después, es algo que las personas deberían informarse y educarse”, enfatiza la profesional de la salud.