Ola de calor sin precedentes en el Ártico: investigadores confirman vínculo directo con el cambio climático
En mayo, Islandia y Groenlandia registraron temperaturas récord atribuidas al calentamiento global, con impactos severos en el ecosistema polar y las comunidades indígenas del Ártico.

Una ola de calor extrema registrada en mayo de este año está siendo considerada como una de las más intensas en la historia reciente del Ártico, y los científicos advierten que su gravedad fue amplificada en aproximadamente 3 °C por efecto del cambio climático provocado por la actividad humana.
El fenómeno batió récords en varias estaciones del norte del planeta, particularmente en Islandia y Groenlandia. El 15 de mayo, la estación del aeropuerto islandés de Egilsstaðir alcanzó los 26,6 °C, una marca histórica para ese mes. La magnitud del calor fue tal que el 94 % de las estaciones meteorológicas islandesas rompieron sus récords previos, incluso algunas con más de un siglo de registros, como la de Stykkisholmur, que cuenta con datos desde hace 174 años.
Según el Dr. Halldór Björnsson, jefe del Grupo Climático de la Oficina Meteorológica de Islandia, estos eventos extremos reflejan una transformación profunda del clima regional: “En los últimos años hemos observado fenómenos meteorológicos inusuales, como precipitaciones muy superiores a todo lo que habíamos registrado anteriormente. En resumen, las viejas estadísticas ya no sirven”.
Uno de los aspectos más alarmantes es que el Ártico se está calentando a más del doble de la media mundial, en un fenómeno conocido como amplificación ártica. Este proceso es impulsado principalmente por el derretimiento del hielo marino. A medida que desaparece el hielo blanco, que refleja la luz solar, es reemplazado por océano oscuro que la absorbe, acelerando el calentamiento.
Además del impacto climático, la pérdida de hielo marino está teniendo consecuencias devastadoras para las comunidades indígenas inuit, que representan el 90 % de la población de Groenlandia. El hielo marino estable es fundamental para sus desplazamientos y actividades de caza. Su reducción ha deteriorado la seguridad de las rutas tradicionales y provocado un rápido descenso en el número de perros de trineo, herramienta esencial de transporte y cultura para estos pueblos durante milenios.
Aunque una ola de calor en el Ártico solía considerarse una anomalía, los científicos coinciden en que estos eventos serán cada vez más frecuentes si no se toman medidas urgentes para frenar el calentamiento global.