Hospital de Coquimbo enfrentaría una alarmante cifra de guaguas abandonadas a nivel nacional

Un reciente reportaje publicado por el medio nacional The Clinic ha revelado una preocupante situación en el Hospital San Pablo de Coquimbo, el cual ha sido identificado como el recinto donde más guaguas han sido abandonadas en hospitales de Chile durante los últimos años. Con una cifra alarmante de 94 casos, la mayoría de los bebés abandonados provienen de madres con graves problemas relacionados con el consumo de drogas y de extranjeras.

Según la información presentada por el medio, un 78% de las madres involucradas en estos casos padecían «problemáticas con droga». El cirujano pediatra Jaime Bastidas señaló que el aumento de madres consumidoras de drogas ha sido notable, principalmente por el consumo de pasta base y cocaína. «Estos bebés nacen con síndrome de abstinencia y requieren hospitalización en la UCI Pediátrica», explica el especialista. Esta situación evidencia una de las problemáticas sociales y de salud pública más graves que enfrentan varios hospitales del país.

Sin embargo, desde el Hospital San Pablo se ha desmentido esta cifra, asegurando que entre 2010 y la fecha solo se han registrado dos casos relacionados con el consumo de drogas. El hospital indicó que, en su mayoría, los casos de «abandono» son, en realidad, situaciones sociales complejas. Esto implica que, lejos de ser un abandono en sentido estricto, los bebés son sometidos a medidas de protección, como el alta médica con los padres a la espera de audiencia o con la familia extensa o externa. En algunos casos, los recién nacidos son ingresados a un sistema residencial para garantizar su bienestar.

Andrea Avilés, enfermera jefa del Servicio de Pediatría en el Hospital de Coquimbo, detalló que en situaciones de abandono o vulneración de los derechos de un recién nacido, el equipo médico del hospital solicita una medida de protección al Tribunal de Familia. Esta medida implica la hospitalización del bebé en la Unidad de Recién Nacido mientras se evalúa a la familia extensa para determinar quién podría hacerse cargo del menor.

En caso de que la evaluación de la red familiar no sea favorable, se solicita la autorización del Tribunal de Familia para inscribir al recién nacido en el Registro Civil, asegurando que su interés superior y derecho a la identidad sean respetados. Si no se encuentra un familiar dispuesto a asumir el cuidado del bebé, este será ingresado a un hogar o residencia especializada para lactantes. Desde allí, se inicia una nueva evaluación para encontrar a alguien que pueda adoptar al bebé, comenzando un procedimiento de adopción para asegurarle el cariño y los cuidados necesarios.