Tres meses de incertidumbre: María Rojas y Julio Muñoz continúan desaparecidos en Monte Patria
Los amigos fueron vistos por última vez el lunes 26 de agosto, en el sector de Huatulame
Este 26 de noviembre se cumplen tres meses desde la desaparición de María Rojas y Julio Muñoz en la comuna de Monte Patria, región de Coquimbo.
Los amigos fueron vistos por última vez el lunes 26 de agosto, cuando compartían cervezas en el sector de Huatulame, localidad natal de María. Desde entonces, no se ha tenido información clara sobre su paradero.
Los primeros indicios y la investigación
Tras la denuncia de su desaparición, las autoridades encontraron el celular de María y un registro de la camioneta de Julio dirigiéndose hacia Chañaral Alto.
Sin embargo, estas pistas no han llevado a resultados concretos. Según la Policía de Investigaciones (PDI), el caso continúa siendo investigado como presunta desgracia, con labores que incluyen análisis criminal e inteligencia policial.
El 12 de noviembre, la PDI realizó una búsqueda con amplios operativos que incluyeron equipos especializados y uso de dron y helicóptero, pero no obtuvo avances significativos. La Fiscalía ha confirmado que las diligencias siguen activas, aunque con limitaciones debido a la falta de nuevas pistas.
La angustia de las familias y la comunidad
Yael Cortés, hija de María, en conversación con Diario El Ovallino, expresó el dolor y la desesperación que enfrenta su familia. “Estamos devastados. Mi abuelita tiene cáncer y esto ha sido muy difícil para todos. La comunidad también está consternada, porque esto no suele pasar en pueblos tan chicos, donde todos se conocen”, comentó.
El tiempo transcurrido sin noticias aumenta la preocupación entre los seres queridos de María y Julio. “No hay ninguna pista, solo nos queda esperar y confiar en Dios. Esto es una agonía”, agregó Yael, reflejando el sentimiento de impotencia que los embarga.
Además, Yael Cortés destacó la conmoción que este caso ha generado: “Los vecinos también están consternados, porque esto no suele pasar en pueblos tan pequeños. Nunca habíamos vivido algo como esto, que desaparezcan dos personas y no haya ningún rastro. Además, todos conocían a mi mamá. En un pueblo chico todos se conocen, por lo que ha sido muy difícil para la comunidad en general”, explicó.