Colegios chilenos se unen a tendencia mundial de prohibir los teléfonos móviles en clases: «Restan valor al aprendizaje»
A medida que se acumulan estudios, se observa cada vez más que la presencia de estos dispositivos y otros aparatos tecnológicos en las aulas puede tener efectos perjudiciales en el aprendizaje de los jóvenes.
El uso de teléfonos celulares por parte de estudiantes durante la jornada escolar ha generado un debate a nivel mundial. A medida que se acumulan estudios, se observa cada vez más que la presencia de estos dispositivos y otros aparatos tecnológicos en las aulas puede tener efectos perjudiciales en el aprendizaje de los jóvenes.
Es interesante que menciones el informe PISA (Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes) de la OCDE en relación con el impacto de las distracciones por el uso de dispositivos digitales en el aprendizaje. El informe PISA es una evaluación que se realiza cada tres años para medir el rendimiento académico de estudiantes de 15 años en áreas clave como matemáticas, lectura y ciencias.
El gobierno de Nueva Zelanda anunció recientemente la prohibición de los teléfonos móviles en las escuelas para mejorar el rendimiento de los alumnos siguiendo una conclusión similar. Estadísticamente, más del 50% de los jóvenes de 15 años no alcanzan los niveles necesarios en competencias básicas de lectura, escritura y matemáticas.
Rusia se ha sumado a la aplicación de una medida que entrará en vigor el 1 de septiembre de 2024, que prohíbe el uso de teléfonos móviles y tabletas con tarjetas SIM durante las horas de clase. Los menores sólo podrán utilizar estos dispositivos en caso de emergencia, cuando su salud y seguridad estén en peligro.
¿Y qué pasa con Chile?
Nueva Zelanda y Rusia se han unido a países como Australia, Canadá, China, Francia y el Reino Unido en la aplicación de esta medida. Aunque en nuestro país no existe un mandato ministerial sobre el uso de teléfonos móviles en las aulas, cada vez son más los centros escolares que siguen el ejemplo.
Los últimos en hacerlo esta semana han sido The Grange School y St. Margaret’s School de Concón, que quieren prohibir el uso de estos dispositivos en todos los cursos a partir de 2024. The Grange School declaró que esta medida estaba respaldada por «numerosas pruebas de que los iPhones restan valor al aprendizaje de los alumnos y contribuyen a la adicción a las redes sociales». Añadieron que existía un importante apoyo de los padres de su comunidad a un cambio de postura sobre esta cuestión.
En el caso del primer establecimiento, la justificación de esta medida radica en la profusa cantidad de pruebas que demuestran que «el uso de teléfonos móviles en las escuelas resta valor educativo a los alumnos y contribuye al problema de la adicción a las redes sociales». Esto sumado a que -afirman- «un gran número de padres de la comunidad del Grange apoya un cambio en nuestro enfoque» del tema.
Por este motivo, la dirección del establecimiento encargó una mesa de trabajo que revisó los últimos estudios, consultó con el personal e hizo focus group con alumnos, a la luz de lo cual finalmente resolvió «prohibir que los alumnos usen sus teléfonos celulares durante la jornada escolar desde el principio de 2024».
A juicio de The Grange School, la medida ayudará a mejorar la concentración de los alumnos y la interacción social; reducirá la dependencia de los jóvenes a los aparatos digitales, así como también el uso inapropiado de estos, además de mejorar los modales, entre otros beneficios.
Eso sí, el establecimiento aclara en su circular que la decisión no implica la prohibición completa de los celulares en el colegio, algo que sería «poco práctico» e «impracticable». «No confiscaremos los aparatos en las puertas, pero esperamos que en cuanto los alumnos lleguen al colegio, si traen un celular con ellos, los apaguen y guarden en sus casillero o mochilas hasta el término del día», indicaron.