Asteroide 2024 YR4: ¿Una amenaza real para la Tierra con un 1,3% de probabilidad de impacto?
El objeto fue descubierto en diciembre de 2024, con el telescopio ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), desde la comuna de Río Hurtado. Con la ayuda de más observaciones, lograron identificar su trayectoria.
En los últimos días, medios de comunicación de todo el mundo han informado que existe un 1,3% de que el asteroide 2024 YR4 impacte la Tierra en 2032.
El objeto fue descubierto en diciembre de 2024, con el telescopio ATLAS (Asteroid Terrestrial-impact Last Alert System), desde Río Hurtado, en Chile. Con la ayuda de más observaciones, lograron identificar su trayectoria.
Así también se determinó que por ahora está alejándose de la Tierra en su órbita excéntrica y pronto dejará de ser visible, para reaparecer nuevamente en 2028. Ese año, estaría a 8 millones de kilómetros de distancia, afirma El Confidencial, por lo que podrán obtener observaciones más precisas.
¿Cuál es el tamaño del asteroide 2024 YR4?
De acuerdo a lo analizado a la fecha, se estima que tiene un tamaño de 40 a 100 metros de diámetro. En tanto, un comunicado de la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés) informó que el tamaño sería mayor a 50 metros.
A modo comparativo, en 1908, un asteroide o fragmento de cometa explotó sobre Siberia, derribando 80 millones de árboles en 2.000 kilómetros cuadrados, pasando a la historia como el Evento Tunguska. Se estima que el objeto medía de 30 a 50 metros.
El medio DW conversó con el científico jefe de The Planetary Society, Bruce Betts, quien señaló sobre sus características que “si lo pones sobre París o Londres o Nueva York, básicamente arrasas toda la ciudad y algunos de los alrededores“.
En ese sentido, de acuerdo a primeras mediciones, de ocurrir un eventual impacto, se estima que liberaría unos 8 megatones de TNT, más de 500 veces la potencia de la bomba de Hiroshima. En caso contrario, de caer sobre el océano, su impacto sería menos preocupante, a menos de que ocurra cerca de una costa provocando un tsunami.
Sin embargo, es necesario volver a recalcar que de momento solo hay un 1,3% de posibilidades de que impacte con la Tierra. Es decir, que hay casi un 99% de posibilidad de que su trayectoria cambie en los próximos años mientras se mueve por la órbita.
Similar es el caso de Apophis en 2004, un asteroide que se detectó con un 2,7% de probabilidades de colisionar con la Tierra en 2029, no bastante, observaciones posteriores descartaron un impacto.
¿Qué zonas podrían verse afectadas?
Según se recoge del informe que emitió la Red Internacional de Alerta de Asteroides (IAWN), encabezada por la NASA, el corredor de riesgo de impacto, entendida como la región de la Tierra donde podría ocurrir un impacto eventual, quedó fijado a lo largo del Océano Pacífico oriental, norte del Sudamérica, el océano Atlántico, África, el Mar Arábigo y el sur de Asia.
¿Hay algo que se pueda hacer al respecto?
Luego de ser identificado, los astrónomos y agencias espaciales le han seguido el rastro y se espera que continúe en evaluación. De hecho, en los próximos meses se utilizarán telescopios más potentes para seguir su camino, e incluso la semana que viene se reuniría el Grupo Asesor de Planificación de Misiones Espaciales (SMPAG).
Si el riesgo de impacto se mantiene por encima del umbral del 1%, formularán recomendaciones a las Naciones Unidas, incluida la posibilidad de una misión con un impactador cinético.
Un ejemplo de ello se consiguió en 2022 con la misión DART de la NASA, que logró desviar exitosamente el asteroide Dimorphos de su curso usando una nave espacial. El asteroide objetivo no representaba ninguna amenaza para la Tierra, lo que lo convertía en un sujeto de prueba ideal.
La misión fue un éxito debido a que si bien el objetivo era reducir su órbita en 73 segundos, el desvío fue de 32 minutos.
Hoy existen otras ideas más experimentales. Los láseres podrían vaporizar parte del asteroide para crear un efecto de empuje, desviándolo de su curso. También se ha teorizado sobre un “tractor gravitacional”, una nave espacial grande que lentamente aleje al asteroide usando su propia atracción gravitacional.
Si todo lo demás falla, el largo tiempo de advertencia significa que las autoridades podrían evacuar la zona de impacto.
Se espera que en abril de 2025 se obtengan más antecedentes, y luego en 2028. Se ha estimado que el asteroide 2024 YR4 tiene una órbita elíptica de 4 años. Por ello es que se calculó una eventual colisión para el 22 de diciembre de 2032.
Por ahora quedó clasificado en el número 1 en la Lista de Riesgo de la Agencia Espacial Europea (ESA) y pasó a Nivel 3 de la escala de riesgo de impacto de Turín. De acuerdo a información de la NASA, esta categoría se asigna cuando se trata de “un encuentro cercano que merece la atención de los astrónomos”.
“Los cálculos actuales dan una probabilidad del 1% o más de que se produzca una colisión capaz de causar una destrucción localizada. Lo más probable es que nuevas observaciones telescópicas conduzcan a una reasignación al nivel 0. La atención del público y de los funcionarios públicos merece la pena si el encuentro se produce en menos de una década”, explica la escala.