Niños con malformación congénita mejoran su vida gracias a importante cirugía de recto en Hospital de La Serena
Uno de cada cinco mil niños nacidos vivos presenta malformación anorrectal, un trastorno que afecta el desarrollo del ano y recto. Según especialistas, el 70% de los casos es un defecto aislado y los restantes pueden asociarse a otras patologías, como el Síndrome de Down, siendo 10 veces más frecuente en estos pacientes.
Otorgar una recuperación de salud que impacte directamente en la calidad de vida de las personas es parte de los desafíos que ha impulsado al Hospital de La Serena, al desarrollar intervenciones quirúrgicas cada vez más complejas y especializadas. Esta vez, cuatro pacientes de entre 6 y 12 meses de vida fueron operados con éxito para reposicionar su recto, lo que permitirá a estos pequeños realizar una actividad tan básica e importante para todo ser humano como lo es defecar.
Pero, ¿de qué se trata esta anomalía? La malformación anorrectal es una alteración congénita en el recto y en la parte final del colon que impide al intestino llegar hasta su desembocadura normal. Es decir, los pacientes con este trastorno nacen sin ano o con anomalías en su recto, y su causa aún es desconocida según los especialistas.
Es por eso que, gracias a la gestión del Hospital de La Serena, el equipo de Cirugía Infantil ha fortalecido una alianza de colaboración de subespecialidad médica con el establecimiento de derivación: el Hospital Dr. Roberto del Río. Así, a la fecha, ya se han operado 12 niños y niñas con esta afección coloproctológica en el recinto serenense, favoreciendo drásticamente la calidad de vida de los pacientes y también facilitando el proceso para sus familias.
En este sentido, por medio de dicha alianza, se ha potenciado la expertis del equipo médico y clínico respecto al trabajo quirúrgico y, principalmente, se ha logrado impactar en las familias de estos infantes quienes han podido resolver su problema de salud dentro de la región, sin tener la necesidad de trasladarse hacia la Región Metropolitana, ya que anteriormente se debía viajar para encontrar una solución a esta enfermedad anómala.
El doctor Alberto Torres, cirujano pediátrico del Hospital de La Serena, ha liderado el trabajo clínico que permite un cambio de vida para los niños y sus cuidadores. Al respecto, comenta: «En algunos casos, el recto se encuentra muy atrás y en otros, estaba a punto de formarse en el cuerpo de los bebés. Por eso, la cirugía consiste fundamentalmente en cerrar esa comunicación anómala, identificar dónde está el recto y bajarlo a su posición normal, es decir, en el centro del ano».
TRABAJO ESPECIALIZADO PARA UN CAMBIO DE VIDA
Uno de cada cinco mil niños nacidos vivos tiene este tipo de malformaciones, las cuales se pueden identificar desde antes de nacer. Sin embargo, obliga a que los infantes, en su primera etapa de vida, evacuen a través de una colostomía, un procedimiento que les permite extraer sus desechos del intestino (heces). “Es por ello que esta cirugía genera un impacto tremendamente beneficioso. El primer cambio significativo para los pacientes intervenidos es que dejan de usar esas “bolsitas” (colostomía) y luego, al crecer, podrán llevar una vida bastante normal desde el punto de vista de las defecaciones”, agrega el doctor Torres.
El trabajo en red ha sido fundamental para impulsar el avance en la recuperación de la salud en diversos ámbitos. Para la doctora Maricarmen Olivos, cirujana infantil del Hospital Dr. Roberto del Río y especialista en cirugía rectal pediátrica —una especialidad que aún no existe en Chile—, esta es la cuarta vez que aporta con su experiencia. “La cirugía realizada tiene como objetivo principal reposicionar el recto y crear un nuevo ano para que los niños puedan lograr continencia fecal”, explica.
Además, la doctora Olivos indica que junto al equipo de La Serena hacen controles en conjunto por medio de telemedicina, que juega un rol fundamental para el éxito del proceso. “Es muy reconfortante ver el cambio en este tipo de pacientes. Se espera una evolución favorable de los pacientes y en dos o tres semanas la zona del neoano ya podría estar cicatrizada. Posteriormente, se efectúa un procedimiento de dilatación anal con el fin de mantener un tamaño normal del ano hasta que cicatrice completamente. Una vez que esté listo ese proceso, se cierra la colostomía para que puedan tener sus deposiciones normalmente por su nuevo ano”, señala.
Desde el Hospital de La Serena afirman estar cada vez más preparados. “Contamos con los recursos necesarios para realizar con éxito estas cirugías, tanto en términos de infraestructura como de formación clínica, y gracias a este tipo de colaboraciones podemos seguir entrenándonos en aquellas complejidades quirúrgicas”, enfatiza el cirujano infantil del recinto serenense.
