Especialista explica de qué manera ataca el virus sincicial y entrega importantes recomendaciones
Es fundamental que la población se vacune contra la influenza y el Covid-19 porque están entre las enfermedades que pueden ser prevenidas, ya que hay otras patologías respiratorias para las cuales no hay mecanismos de prevención como el virus sincicial.
El Virus Sincicial Respiratorio (VRS), es uno de los agentes patógenos más peligrosos en la infancia y ataca a los niños, especialmente a los menores de 2 años, durante las estaciones de otoño e invierno y lamentablemente, es responsable de la segunda causa de muerte en niños menores de 1 año a nivel mundial. Es un virus que no tiene vacuna, por lo tanto, las medidas de prevención son claves para cortar la cadena de transmisión.
Por ello, el doctor Sergio Puebla, Intensivista Pediátrico y Magíster en Epidemiología, jefe del Servicio de Pediatría del Hospital de La Serena, hace un especial llamado a la comunidad, ya que la disminución de la circulación viral requiere del compromiso de todos, evitando las aglomeraciones y retomando las medidas de autocuidado que aprendimos en pandemia, como el uso de mascarilla y el lavado frecuente de manos.
Para tomar buenas decisiones es importante estar informados, por ello el Hospital de La Serena seguirá potenciando la entrega de información práctica de la mano de sus especialistas, para que la comunidad tome decisiones que potencien su bienestar y calidad de vida, especialmente en medio de la contingencia respiratoria por la que atraviesa el país.
En primer lugar, el pediatra intensivista nos explica por qué este virus causa enfermedades graves en nuestros niños y niñas y es que este virus “produce principalmente una enfermedad llamada bronquiolitis aguda -que es una hinchazón e irritación en las partes más pequeñas de las vías respiratorias (bronquiolos) – que se caracteriza por ser el primer episodio agudo de sibilancias o silbido en el pecho, seguido de dificultad respiratoria progresiva. Habitualmente comienza con síntomas catarrales (resfrío) como congestión nasal y rinorrea (goteo nasal). Afecta principalmente a los lactantes, en especial en los primeros 12 meses de vida, siendo más grave en los menores de 3 meses. Se produce una inflamación aguda, edema (hinchazón causada por exceso de líquido) y necrosis o muerte de las células epiteliales (células protectoras) de los bronquios más pequeños, junto con una hipersecreción de mocos, lo que produce cuadros de gravedad en los niños, con atelectasias y zonas de hiper aireación, es decir, que colapsa parte del pulmón, inflamándose, irritándose y presentando zonas con mucho aire”.
El sincicial es un virus bastante contagioso que comienza como un resfrío común, generando secreción nasal, coriza o goteo nasal, estornudos y tos, síntomas que después de unos 4 días se intensifican y el paciente comienza a experimentar la etapa más crítica de la enfermedad que, en algunos casos, escalan desde una dificultad hasta una insuficiencia respiratoria. El jefe del área pediátrica del Hospital de La Serena señala que “mucho de los niños que contraen el VRS no se hospitalizan, se tratan en forma ambulatoria con terapia kinésica, broncodilatadores, y una adecuada hidratación, mejorando su condición de salud. Sin embargo, es importante consultar rápidamente si el niño(a) presenta signos y síntomas de alarma, como rechazo alimentario, flemas o mocos que dificultan la respiración, temperatura axilar mayor a 37,5ºC, irritabilidad. Poner atención a los signos y síntomas de gravedad que son respiración rápida, hundimiento de las costillas al respirar, apertura de orificios de la nariz al respirar, silbido en el pecho, coloración azul de labios y uñas”.
Este virus tiene la capacidad de producir una infección leve y también ir agravándose e incluso generar complicaciones de un momento a otro, por eso los equipos de salud y autoridades insisten en que los padres y cuidadores pongan atención a los signos de gravedad que puedan presentar los más pequeños del hogar. Además, el jefe del Servicio de Pediatría del hospital serenense recalca que las personas pueden presentar síntomas leves al inicio y luego desarrollar complicaciones entre el 4° y 6° día de evolución del cuadro respiratorio.
EQUIPOS DE SALUD Y COMUNIDAD: UNIDOS EN LA PREVENCIÓN
Cuando una persona tose en un ambiente cerrado puede expeler un virus entre 1 hasta 3 metros, dependiendo del tipo de microorganismo y, por cierto, contagiar a una o más personas. Por lo tanto, sobre todo en ambientes cerrados y/o muy aglomerados, resulta clave utilizar mascarilla.
El doctor Sergio Puebla explica que “la mascarilla está dada como protección personal que nos ayuda a evitar el contagio de persona a persona en un ambiente donde hay alta circulación viral, esto está dado fundamentalmente en espacios cerrados, en lugares que haya mucha conglomeración de público, entonces evidentemente hay lugares como el transporte público donde es recomendable que las personas usen correctamente mascarilla, como un factor protector y como una limitante más a esta alta circulación viral”.
Para el magíster en epidemiología, “muchos de los virus al comienzo dan pocos síntomas, por lo tanto, uno no sabe quién está enfermo y tal como lo aprendimos con la pandemia, hay personas que pueden estar asintomáticas y estar iniciando una infección, por lo que no podemos restringir el uso de la mascarilla a las personas que son sintomáticas, lo ideal sería en el caso de los niños, el uso de mascarillas en los colegios, evitar acudir con los pequeños a los centros comerciales y no realizar cumpleaños masivos, y evidentemente estar alerta a los signos y síntomas que son de peligro”.
Otro factor de riesgo para el pediatra es la contaminación intradomiciliaria, ya que “efectivamente aumenta las posibilidades de que los niños se puedan contagiar con mayor facilidad, básicamente el tabaco y el uso de estufas que no tienen tiraje hacia afuera, donde la contaminación se produce dentro del domicilio, agravan las condiciones para que el virus sea capaz de replicarse y penetrar a la vía aérea con mayor facilidad. El consumo de cigarrillos pone en serios riesgos a los niños y adultos mayores, porque, aun cuando, las personas fumen fuera de la casa, la nicotina permanece por días e incluso semanas en su piel y ropa, lo que afecta a quienes conviven con un fumador, por eso recomendamos a los padres y cuidadores dejar este mal hábito, además de que constituye un riesgo para su propia salud”.